lunes, 27 de septiembre de 2010

La miseria, tema incómodo para los gobiernos en todos sus niveles


Xalapa, Equez., Ver., lunes 27 de septiembre de 2010.

Sostiene editor de la revista Contralínea
La miseria, tema incómodo para los
gobiernos en todos sus niveles

·        Fue presentado el libro Morir en la miseria, compilación de artículos publicados en la revista Contralínea
·        La obra presenta los casos de dos municipios veracruzanos, considerados entre los más pobres del país

Escribir en torno de la miseria y sus terribles consecuencias es una tara por demás incómoda para los gobiernos federal, estatal y municipal; Morir en la miseria tiene la intención de mostrar la extrema necesidad con que viven millones de connacionales, dijo Miguel Badillo, director de la revista Contralínea.
La obra, presentada en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), es una compilación de reportajes publicados por Contralínea, la cual, como resultado de su labor, ha sido objeto de censura y negación de cualquier publicidad gubernamental y diversos escollos para su distribución a nivel nacional.
Miguel Badillo refirió la corrupción registrada en la Sierra Tarahumara con los recursos del programa de ayuda federal conocido como Procampo, cuando los mismos funcionarios encargados de entregar los cheques a los indígenas ya van preparados para hacerlos efectivos allí mismo. De ello, se quedan con una comisión de 20 por ciento.
Por su parte, la periodista Nydia Egremy mencionó su trabajo en las comunidades de municipios veracruzanos considerados entre los más pobres del país. Tehuipango es uno de ellos, una región pedregosa en que la búsqueda de agua es una guerra de todos los días; también mencionó a Mixtla de Altamirano, del que dijo ocupa hoy el nada honroso puesto de primer municipio en miseria extrema, en todo el país. Allí existe una comunidad llamada Zacaloma, ubicada a sólo ocho kilómetros de la cabecera municipal, pero a la que se accede por un camino terriblemente sinuoso que exige una caminata de ocho a 10 horas.
Los niños de esas poblaciones hablan náhuatl y se enfrentan al problema de que los programas de estudio han sido redactados en castellano, en términos que simplemente no comprenden.
Egremy aludió al caso de los niños estudiantes de aquella zona, que intentaron participar en un concurso de interpretación para el Himno Nacional. Fueron descalificados desde el inicio sólo porque anunciaron que lo entonarían en su lengua materna.
Enfermedades terribles que afectan a toda la población, alimentación y educación deficientes, corrupción de las autoridades… todo ello parte de la existencia de un elevado porcentaje de la población en pobreza y ni siquiera los mismos funcionarios que se encargan de combatirla tienen números aproximados.
El periodista Miguel Badillo culminó con una observación personal: “Si el gobierno federal, en lugar de atacar el narcotráfico atacara realmente la miseria, muchos problemas habría de solucionar. La pobreza extrema no conoció su inicio por el partido en el poder, pero se ha incrementado notoriamente a lo largo de los últimos dos sexenios federales”.
Por ello se explica que los indígenas nada quieran de las autoridades. “No piden ayuda ni orientación que no necesitan. Lo único que desean es que los dejen morir en su miseria…”.

Pies de fotos
Morir en la miseria 1: Miguel Badillo, director de la revista Contralínea.

Morir en la miseria 2: Presentación del libro Morir en la miseria.

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