jueves, 30 de septiembre de 2010

Sergio Pitol redefinió la autobiografía

Xalapa, Equez., Ver., jueves 30 de septiembre de 2010.

Opinó el novelista Agustín del Moral
Sergio Pitol redefinió la autobiografía

·       Presentaron en la FILU el último libro del Premio Cervantes Una autobiografía soterrada (Ampliaciones, rectificaciones y desacralizaciones)

Susana Castillo Lagos

El contraste –diálogo y enfrentamiento– que los personajes y vidas reales tienen con elementos ficcionales en Sergio Pitol. Una autobiografía soterrada (Ampliaciones, rectificaciones y desacralizaciones), redefine el género autobiográfico, lo amplía, lo libera, lo hace cálido, con sentido humano y grandes propósitos, aseguró el novelista Agustín del Moral en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).
Durante la presentación del que el propio Pitol asegura será su último libro, realizada en el foro al aire libre de la Casa del Lago en presencia del escritor, el titular de la Dirección General Editorial de la Universidad Veracruzana (UV) compartió algunas confidencias en torno a su lectura de Una autobiografía soterrada.
“Pitol siempre ha sido un rumor, una música que, los escuchara o no, les prestara atención o no, siempre seguían sonando para mí en alguna parte, no porque estuvieran particularmente dirigidos a mi persona, sino más bien porque yo sabía que en ellos siempre podía encontrarme, y reconocerme, y rejuvenecer.”
Opinó que este libro es un “estimulante informe de lo que significa ser un hombre de letras en un siglo en transición, en una ciudad en acción (…) un ancho crucero por donde transitan la vida privada, la vida pública, la vida de los libros escritos y la vida de los libros leídos, y la trama secreta que une esas cuatro vidas”.
         Para la universitaria Alejandra Clemente Romagnoli, Una autobiografía soterrada “no fluye como un instructivo o como el decálogo que dictamina cómo se deben leer las obras del escritor; se erige como una visión del entramado que organiza y unifica, su poética es una bifurcación de temáticas, de experiencias de lecturas”.
         Agregó que en este texto el testimonio personal de Pitol va más allá de una simple autobiografía, pues se despliega en una declaración sobre cómo el autor se concibe a través del mundo.
         El último libro de Sergio Pitol, dijo, “es el manifiesto que deja entrever la materia y esencia de su escritura, una lista interminable de literatura por leer, de siglos anteriores como de años previos, es, en términos de Italo Calvino, un clásico”.
La escritora Nidia Vincent recordó la tarde de octubre de 1996 en la que Sergio Pitol llegó con el recién impreso El arte de la fuga, que ella conoció previamente de viva voz del autor, mediante sendas llamadas telefónicas.
“Me decía que ensayaba una nueva forma, que no tenía certeza de lo que saldría con ese nuevo material, que temía estar equivocado pero que seguía una intuición y no podía traicionarla.”
Comentó que Una autobiografía soterrada es un recuento de sus obsesiones: “La infancia, los inicios de su escritura, sus viajes, sus lecturas preferidas, sus maestros, sus amigos, la salud y la enfermedad, aciertos e infortunios; libros híbridos donde la fuerte carga ensayística corre ligera por la vía del relato”.
Para finalizar, mencionó: “Sergio declaró que con este libro cierra su obra, puede ser, yo no podría asegurarlo, prefiero pensar en los fantasmas y bocetos que aún quedan en sus diarios, esos fabulosos diarios de los que me hablaba cuando se adentraba en la forma y el lenguaje” de El arte de la fuga.

Pie de foto
El moderador de la mesa Rodolfo Mendoza, Alejandra Clemente, Sergio Pitol, Nidia Vincent y Agustín del Moral.

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